Veo el mundo entre volutas

8 de Mayo de 1997: "Parece ser que hubo una discusión. Sus padres se pusieron de parte de él, o al menos eso fue lo que ella creyó. Eso le sentó muy mal y se marchó precipitadamente asegurando que nunca más la volverían a ver", explicó ayer una persona próxima a la familia. Quizá por eso no se organizaron batidas multitudinarias en el pueblo tras la desaparición, ni se colgaron carteles con su foto en las poblaciones cercanas. Tan solo sus padres se negaron a aceptar que su hija había decidido huir sin más, y contrataron los servicios de un detective privado para intentar dar con su paradero.

Enero de 2001 (cuatro años después de la supuesta marcha): convencido de que su esposa le había abandonado, el marido presentó en los juzgados de F. una demanda de separación. Fue aprobada un año más tarde tras declarar a la mujer en rebeldía, por no presentarse al juzgado como se había ordenado. El juez, en las medidas complementarias, atribuyó a C.A. el uso y disfrute del domicilio conyugal y el ajuar doméstico.

Enero de 2007 (casi diez años después de la discusión y huida de C.A.): Ayer, una grúa recuperó el vehículo -un BMW de gran cilindrada cuyo modelo y placas de matrícula corresponden al de C.A.- del fondo del barranco de unos 40 metros de altura en el que había caído, y en el que estuvo oculto todos estos años sin que sus vecinos sospecharan el fatal desenlace. Dentro, estaban los restos de C.A.

Más, aquí.

"Lo más duro de todo es que durante este tiempo ella ha estado ahí, al lado del pueblo, mientras todos pensábamos que se había ido", señaló otra vecina de la localidad que tenía buena relación con la fallecida. "Nadie pensó nunca que la desaparición se podía deber a un accidente", reconoció el allegado a la familia.

La verdad, esta historia me ha impresionado, y por eso no he podido resistirme a colgarla aquí, en este, mi particular espacio de reflexión y de neuras diversas.

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