Veo el mundo entre volutas

IconMi reflexión sobre el mundo a diario (o casi). Menos para el público y más para mí mismo.

La verbena de San Juan

La entrada del verano, el solsticio, fue hace 3 días, pero ya hace años que la festividad religiosa de San Juan Bautista que es hoy, y en particular su víspera, se consideran esa inauguración del verano. Tradicionalmente aquí en Catalunya es día de "cocas" (una especie de torta parecida al briox, con piñones, dulces de fruta y azúcar), de cava, de celebración con la familia o con los amigos, y de fuego. Del fuego de miles de hogueras que queman a partir del "fuego del Canigó", una montaña "sagrada" reciente pues parece que sus reminiscencias no datan de época celta sino de un poema épico escrito a caballo de los siglos XIX a XX. Fuego en hogueras pero también en fuegos artificiales, "quemados" hacia el cielo y no hacia el cielo, quemados sin peligro y con peligros graves a todos aquellos próximos al lugar de ignición. Ese "fuego" junto con una tradición no propia, trasplantada de otros lugares se traslada aquí y muchos son los que van a celebrar la verbena sobre la arena de la playa. La idea, bonita en su principio, sobre todo si acaba en baños nocturnos, acaba convertida en algo no tan agradable, sobre todo cuando

1) a todo el mundo se le ocurre ir al mismo tiempo a las playas, con lo cual los transportes públicos (el metro) están sobrecargados;
2) la gente, a primeras horas de la noche ya está con una "taja" (borrachera) de no te menees y empiezan a meterse con otros, a tirar petardos dentro de los túneles del metro (dejando sordos a todos), etc...;
3) el transporte público sobrecargado, no es, por otra parte, reforzado, con lo cual los ánimos aún se caldean más;
4) llegas a la playa y te encuentras un panorama de lejos bonito, curioso, con decenas o centenares de pequeñas hogueras -en algunos lugares antorchas- iluminando la noche playera barcelonesa y una congregación de miles de personas y cohetes que ascienden por uno y otro lado;
5) el problema viene cuando te empiezas a acercar a esos grupos de personas y ves que rodean a montones de basura (y aún producen más) y que la "taja" importante que algunos llevaban en el metro ya la han aumentado varias veces al multiplicar las opciones bebedoras con las de los colegas que les esperaban, a veces pienso que algunos se plantean las fiestas única y exclusivamente como un lugar o momento para beber sin control*;
6) hay "aseos públicos" que funcionan a tope y con colas kilométricas, con lo cual acaban estropeándose y no es de extrañar que más de uno "se alivie" en un lugar no destinado a allo;
7) los cohetes, bonitos de lejos, no lo son tanto cuando, una vez explotados en el cielo de Barcelona, caen al suelo, sobre todo si te caen encima;
8) finalmente, para celebrarlo no hay nada mejor que quedarse dormido sobre la arena de la playa y que, pocas horas después, a las 6, pasen las brigadas de limpieza...

La crónica periodística del balance de la verbena, aquí.

*Frase de la noche, un británico con un sistema circulatorio donde corre más alcohol que sangre, le pregunta a una española, "¿eres de aquí y todavía no estás borracha?"

 
 
 
 

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