Bueno, perdón, de peluquerías ... masculinas.
Sí, efectivamente, ya me tocaba. Tengo 38 años pero, pese a que hace algunos años empecé a tener una alopecia incipiente, en la actualidad se ha ralentizado bastante. No sólo éso, tengo lógicas "entradas", eso sí, pero por el cogote, hay momentos en que lo incipiente no es la alopecia sino los inicios de una "cola de caballo". Cuando éso ocurre, comienzan a sonarme todas las alarmas, más que nada por el peligro de combustión que para un pipero tiene llevar el pelo largo.
Pues me he dicho, "salgo del trabajo un poco antes y me voy al barbero del barrio". He llegado, "chino-chano". Había varios individuos dejándose tomar el pelo por kilos y me he sentado pacientemente a esperar mi turno.
A la señal me han indicado que convenientemente depositara mi cabeza en el lavatorio. Lo cual he hecho sin vacilación y ...ohh, debía estar un poco cansado, debía estarlo bastante como consecuencia del fin de semana estornuderil porque de repente, los ojos se me han ido cerrando, al ritmo que me masajeaban el cráneo y he soñado que viajaba en el tiempo... sonaban acordes extraños, que poco a poco comenzaba a identificar como música oriental, sentía mucho calor, en mis sueños veía un seno blanco, liso, de una redondez de dimensiones perfectas, por el escote de la entreabierta bata blanca de mi peluquera, un olor, una voz dulce y argentina y unos modales pausados, como en un mundo en "cámara lenta". He deseado a partir de ese momento, pedirle, rodillas en tierra, en matrimonio ...
"-Ya te puedes levantar y toma tus gafas".
...
?
Coño!!, si me he quedado "traspuesto". Si me parecía estar viendo la película de Patrice Leconte, "El marido de la peluquera"*. Si no tengo peluquera, SINO PELUQUERO!!, ... es barbudo, unicejo y fuma en pipa, como yo!
PD: Mi pequeño homenaje a esa gran película (JEJE).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Publicar un comentario 8 volutas:
Oye, ya me dirás que lleva tu pipa que te permite ese cambio de personalidades en el que tienes enfrente...¡Y no tardes tanto en volver por una peluquería!
10:15 p. m.
Era sólo un sueño. Por suerte no le he pedido en matrimonio... Quizás hasta me hubiera dicho que sí (JEJEJE).
Gracias, lo intentaré.
Un beso.
10:19 p. m.
JEJE... tengo muchas más entidades... polifacético que es uno!
Sí, genial película, muy diferente, en el tono general de la inmediatamente anterior de Patrice Leconte (Monsieur Hire), aunque también me encantó, todo hay que decirlo.
11:10 a. m.
Genial homenaje, y aunque fuera en sueños, yo por un momento me he imaginado a tu peluquero con los ojos como platos aceptando tu propuesta de matrimonio ;)
12:57 p. m.
JEJE... el problema es que... no sé, no me atraen los "unicejos"...
JEJE
3:07 p. m.
La viuda de Saint Pierre, cierto!
9:22 a. m.
Las peluqueras forman el gremio más peligroso que conozco. Cada vez que se me acerca alguna armada con unas tijeras y me dice que tengo las puntas abiertas, me echo a temblar. Lo peor de todo es que cuando terminan, en vez de maldecirlas y amenazarlas con sus propias tijeras, les digo que me encanta el peinado y hasta les doy propina, aunque en cuanto llego a casa me echo a llorar. Yo que tú me lo pensaría dos veces antes de pedirle matrimonio a una de ellas... Besos
4:47 p. m.
Lo que ocurre es que en mi estado onírico, poco me hubiera importado que me hubiera dejado calvo...
JEJE
5:44 p. m.