Basada en la elogiada novela de Jonathan Safran Foer, se exhibe esta "opera prima" del actor Liev Schreiber, en esta ocasión con tareas de dirección. Narra la historia de una búsqueda, la de un joven judío americano bastante peculiar, en pos de encontrar a la mujer que salvó a su abuelo de una muerte segura en una aldea ucraniana que fue arrasada posteriormente por los nazis.
Lo que empieza como un viaje, con las pretensiones de reconstruir la historia de una familia, en unas circunstancia de lo más absurdas, acaba convirtiéndose en un viaje más que significativo en el que acaban haciéndose revelaciones sobre la importancia de los recuerdos (simbolizados no sólo en la búsqueda de nuestro pasado sino en el afán de conservar, de coleccionar detalles o en el recobrar algo que incluso se había borrado de nuestra memoria), el legado del Holocausto (tanto físico como en la mentalidad de tantas personas a un lado y otro del Atlántico), el significado de la amistad (la búsqueda une a las personas, y quizás, el que siente que "busca menos" o que "no busca" acaba descubriendo "más" que el que inició todo el proceso) y, finalmente, sobre la naturaleza del amor, el que trasciende al tiempo y a las penalidades por las que transcurre la vida humana.
Película fresca, de lo más "fresco" que he visto últimamente en el cine, una road-movie con influencias claras del cine de Bergman (un anciano cegado por una Luna al alba), Kusturica (la descripción de la familia ucraniana) y Mikhalkov (los campos rusos).
Everything is illuminated, para mi gusto, muy recomendable.
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Publicar un comentario 2 volutas:
Te gustará.
Besos.
10:36 p. m.
Estoy seguro de que sí.
Salu2.
3:02 p. m.