Veo el mundo entre volutas

IconMi reflexión sobre el mundo a diario (o casi). Menos para el público y más para mí mismo.

Es cosa de dos

… tanto iniciar una relación como mantenerla. Pese a todo, el amor propio de los "candidatos" y futuros miembros de la pareja, pesa mucho. Mucho se ha hablado (y se escribe) de si son él o élla quienes dan el primer paso, escogen, etc…, en un tonto afán por reivindicar el papel masculino o femenino en la relación (¡como si eso importara!). Ahí se ve una primera muestra de amor propio para reivindicar cosas tales como "si yo no hubiera dado el primer paso…". La cuestión es que independientemente de quien pueda llevar la iniciativa, si no hay "cooperación" por parte del otro (u otra), la relación no se inicia ("te dan calabazas").

Si la relación se inicia, la cosa no está en absoluto "hecha". Es un día a día de conocerse en lo bueno y en lo malo (como dicen los sacerdotes de las pelis yanquis "en la salud y en la enfermedad"). En términos "normales" sería conocer no sólo el "buen rollito" sino también las manías y rarezas del otro (u otra) para poderlas aceptar (o no). Tener paciencia, pero no a extremos incompatibles con nuestra manera de pensar (o de ser), salvo que nos vaya el rollo sadomaso, ¡claro!. Sacrificarse, algo a lo que estamos muy poco dispuestos hoy en día pese a todo el espíritu "oenegé" que a veces podamos emanar (es muy fácil sentir empatía con alguien que están a muchos miles de kilómetros de ti que sabes que nunca verás ni te pedirá cuentas de nada, pero en cambio es bastante complicado de hacer eso mismo con quien tienes delante de tus narices y con quien puede unirte una relación). Porque si has de "formar un equipo" con alguien, forzosamente has de perder algo de tu individualidad, de tu independencia, algo de, nuevamente, tu amor propio. Si aparecen puntos de conflicto debes estar dispuesto/a a replantearte temas que parecían inabordables en nuestra manera de ser. Algo así como preguntarse seriamente, ¿soy tan bueno/a como me creía? (Inciso importante: por tu propio interés y el de los demás NUNCA inicies una relación si tienes graves problemas de autoestima, en sentido contrario, no te pases con el narcisismo y aquí tenemos al amor propio otra vez). Una relación enseña muchas cosas a nivel individuo y entre ellas enseña a conocerse un poco más a uno/a mismo/a, y sólo aquellos/as muy egocéntricos/as, con toda su intención de "tener pareja" no están realmente dispuestos a plantearse este tipo de cuestiones. Dicho y hecho esto, múltiples situaciones de conflicto pueden aparecer y se ha de estar dispuesto/a a sobrellevarlas con paciencia, a cortarlas de raíz cuando aparezcan (si se perciben amenazas pero no a un extremo incompatible con la relación) o a acabar la relación si no hay posibilidad alguna de entendimiento y además pueden representar serias amenazas para el futuro. Si esto no se hace a su tiempo, seremos tan responsables como nuestra pareja de la mala vida que podamos llevar en el futuro si no hemos sabido "parar los pies" al otro/a a su debido tiempo. Si la relación, después de todo, prospera, será gracias a ambos miembros de la pareja. Si no lo hace, podrá ser principal responsabilidad de un miembro pero también del otro, en mayor o menor medida, por no haber sabido detectar, comunicar, presentar, etc… el problema antes de que éste se complicara, o, simple y llanamente, por no "haber dado las calabazas" que debiera haber dado desde el comienz (si no nos gusta el término "responsabilidad", podemos substituirlo por "fracaso").

 
 
 
 

Publicar un comentario 2 volutas:

Joana dijo...

La cosa, a mi modesto entender y mi experiéncia, nunca está "hecha".
Si no se cuida un jardín, se muere. El amor y la convivéncia es lo mismo.
Petonets guapo.

12:16 a. m.

Anónimo dijo...

Bon dia!

Acabo de llegir el teu post... Un m'ha portat a un altre... i al final no he pogut marxar sense felicitar-te pels teus escrits...

En fi, seguiré llegint-te ;)

12:17 p. m.

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