Veo el mundo entre volutas

La historia nos sitúa en 1984, en la Alemania Oriental, un año antes de la llegada de Gorbachov a la URSS, el comienzo de la Glasnost, y 5 años antes de la "caída del muro". En este contexto, se nos presenta al capitán Gerd Wiesler, espía e interrogador de la Stasi, la versión alemana de la KGB soviética, como persona hábil y experta en el desempeño de su trabajo, que, en principio, acomete con una frialdad fuera de toda duda. En el contexto de su trabajo se le encomienda una delicada misión: la de espiar al escritor Georg Dreyman quien vive "amancebado" con la actriz Christa-Maria Sieland. Dreyman es un escritor de prestigio, pero Christa ha conocido tiempos mejores, aunque el detonante del súbito interés por Dreyman, escritor presentado como ortodoxo en sus ideas de "socialismo real", no es éste último sino precisamente Christa... A partir de que los miembros de la Stasi, "forran" la casa de micrófonos y cámaras por todos los lados y comienza el trabajo de Wiesler, comenzará una historia, paralela a la de los hechos que en el mundo acontecían en aquella época...

Los personajes, son simplemente soberbios. No sólo es el trabajo actoral, especialmente el de Ulrich Mühe, asumiendo el papel del capitán Wiesler, sino la descripción de los mismos, papeles nada "planos" por cierto; la complejidad, el cambio de roles que van experimentando en la película o su "tomar partido" así lo demuestra. Porque, efectivamente, a lo largo de la película podemos ver a un escritor idealista e ingenuo, que cree en todos los mensajes que le dan sus "amigos" en el poder, pero que paralelamente tiene amigos en la "lista negra", tiene que tomar partido necesariamente. Vemos al impasible capitán Wiesler, alguien fuertemente convencido de su papel en defensa del "bien común", en su conocimiento de "la vida de los otros" (el escritor y su pareja) va desarrollando un interés, que inicialmente tiene algo de morboso, para ir convirtiéndose en una franca simpatía que va minando sus firmes convicciones iniciales... Estos dos personajes, "toman partido" y son dueños de su destino, para bien o para mal. Frente a ellos y casi en sus antípodas, nos encontramos a Christa, la novia del escritor, presentada admirablemente por Martina Gedeck ("Las partículas elementales"), quien, víctima de una baja autoestima cae en la adicción a los antidepresivos, llevando una vida "paralela" en la que, en el único momento que toma "partido", sólo le sirve para encadenar una serie de desgracias (quizás sea el único caso de alguien que "no escogió el bando correcto")...

Un punto adicional a destacar es que resulta envidiable comprobar cómo con películas como la que nos ocupa, o "Goodbye Lenin!", la cinematografía alemana enfoca sin complejos hacia su reciente y doloroso pasado con la distancia crítica que aquí nos aún nos falta (mención aparte merece la aún naciente cinematografía germana sobre el Tercer Reich).

No es de extrañar que se trate de uno de los films europeos más premiados en los últimos tiempos. Además del Oscar a mejor film de lengua extranjera (en detrimento de "Volver"... como era lógico), ha obtenido premios de la Academia de Cine Alemán, el Giraldillo de Plata de Sevilla, y ha recibido los galardones al mejor actor, mejor guión y mejor película de la última edición de los Premios de Cine Europeo.