Es curioso el panorama del cine actual: películas que, a priori, al ser "serias" y no "subgéneros" como el cómic (es un decir) pecan de excesos… a saber, exceso de metraje (no sé por qué cada vez se estilan más pelis superiores a las 2 horas y media), exceso de plasticidad y belleza (lo cual no está mal, si se vé acompañado de… "algo más"), abuso de recursos tecnológicos (cada vez más, y el cine europeo está intentando imitar a marchas forzadas al yanqui)…. En medio de todo esto, aparece el cine basado en cómics, un cine en el cual si bien se reúnen metrajes respetables –aunque no abusivos- porque el cómic al ser un arte totalmente visual, difícilmente soporta rollazos inconmensurables; plasticidad y belleza, siempre desde el punto de vista del creador del cómic (que puedes compartir o no), y, finalmente, recursos tecnológicos, algo inevitable si quieres hacer "volar" al protagonista. Curiosamente, el cine de cómics presenta algo que cada vez presentan menos otros géneros cinematográficos: complejidad de personajes, luchas interiores, dudas, agresividad, celos y envidias, amor, perdón... algo que diferencia al buen cine, al cine clásico, del cine "de palomitas y nada más" … Spiderman – 3, tercera parte de la saga presenta todas estas características y más: sentido del humor, una gran fidelidad al cómic original y, cómo no, al superhéroe más humano de todos los superhéroes, ése es sin duda el secreto de su éxito.
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