Veo el mundo entre volutas

... la verdad es que sí, me siento persona obsesiva en lo perfeccionista. Diría que cuando era más joven no era así. Era o intentaba ser algo perfeccionista, hacer las cosas lo mejor posible e intentar conseguir que a mi alrededor, en lo que de mí dependiera, las cosas estuvieran bien. Pero de joven, por una parte dispones de energías de sobras y por otra no tienes ocupaciones ni responsabilidades "de adulto" en el número que éstos acostumbran a tener, con lo cual no tienes demasiadas cosas que controlar (quizás ahí está parte del problema: querer "controlar"). A medida que me he ido haciendo "mayor" y estas ocupaciones y responsabilidades se han ido haciendo un lugar cada vez más importante en mi vida, que el estrés entró en mi vida, que los males de amor también lo hicieron (y tan fácil entraron como salieron), me doy cuenta de que mi perfeccionismo roza la obsesión. Me cuesta "desconectar", lo quiero tener todo controlado y además bien. Todavía no he aprendido a hacerlo plenamente y me autoexijo demasiado de cosas que, realmente, se escapan a mi control (Ej. problemas de terceros). Tengo que aprender a renunciar a controlarlo todo si no quiero pasarlo mal. ¿Propósito para el nuevo año?

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