La verdad, me gustan las escaleras en los parques. Sean de piedra, de madera, rectas o serpeantes, empinadas o casi planas, con barandilla o sin, bordeadas y casi ocultas por la vegetación o al descubierto y, finalmente, y claro está, subiendo o bajando. Las escaleras, como los caminos, pueden ser metáforas de nuestra vida o de algo que hayamos iniciado (o pretendamos iniciar) en ella, ¿Qué nos encontraremos en cada escalón?, ¿qué nos espera al final de la escalera?, y... sobre todo ¿llegaremos al final?
martes, marzo 24, 2009
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Fumado por
Pipero
7:57 p. m.
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