Veo el mundo entre volutas

IconMi reflexión sobre el mundo a diario (o casi). Menos para el público y más para mí mismo.

Comida de coco - 1

Aunque este blog se caracteriza poco por ser un blog con pocas "comidas de coco" personales, tengo que reconocer que a veces tengo días no demasiado buenos, días que acabas con un extraño desasosiego, con una sensación de que "algo estás haciendo mal" en diferentes frentes, uno de ellos es el trabajo.

En el trabajo pasas muchas horas al día y es importante estar bien y, básicamente creo que no estoy mal. Hay momentos buenos y momentos malos con mis compañeros pero, ¿dónde no los hay?, si no aprendemos a aceptarnos los unos a los otros con nuestras diferencias, tenemos un mal panorama, y no sólo en el trabajo... Pero a veces el problema no es el trabajo en sí, ni tampoco el ambiente de trabajo, es que ves cosas o sientes cosas que pueden hacerte preguntar, ¿dónde me he metido?, ¿no estaría yo mejor, más tranquilo, haciendo algo mucho más trivial?. Recuerdo una amiga que hice hace años, psicóloga ella (lo cual no exime a una persona por pasar malos momentos e incluso pasar por problemas de ansiedad, depresión, etc...) pues bien, esta amiga me comentaba lo bien que se sentiría llevando una vida mucho menos complicada, de "cajera de supermercado" decía ella. Una vida sin grandes complicaciones, sin tener que aguantar otros clientes que las señoras mayores dándole conversación en la caja o aguantar algún encargado gilipollas, pero poco más, y por descontado, sin llevarse males de cabeza a casa derivados de su trato con clientes "tarados" (perdón, ya lo he dicho varias veces, yo no soy político, por lo que no tengo que utilizar un lenguaje "políticamente correcto"). Cobrando menos, pero llevando una calidad de vida probablemente mejor.

Este tipo de cosas las estoy visualizando y añorando cada vez con más frecuencia, sobre todo cuando me encuentro con el cretinismo de determinados clientes que pasan por ser mucho más inteligentes, formados, etc... que cualquier señora de mediana edad, que va al supermercado de la esquina a comprar los tomates, acelgas o la merluza congelada. El cretinismo y el ansia por medrar, medrar, y trepar, no dudando en pisar todo aquél que pueda que le esté impidiendo ese ascenso (o que pueda utilizar como salvavidas). Siendo un "proveedor", éso se nota especialmente: cuando hay un problema interno en un cliente y tú, como "proveedor" estás implicado en ese trabajo, aunque CLARAMENTE la responsabilidad se debe buscar en casa del cliente, lo más habitual es que se busquen culpables fuera, sobre todo en el proveedor que no puede (o no le conviene) defenderse. Y eso JODE Y MUCHO!, sobre todo cuando sabes que las cosas las haces BIEN y que no sólo las haces bien sino que además si el proyecto se salva y va alguna parte, será sobre todo GRACIAS A TÍ. No nos engañemos, ésto es algo bastante viejo y todos lo conocemos más o menos, las fases de todo proyecto que se precie no son más que éstas:

1) Optimismo general.
2) Fase de desorientación.
3) Desconcierto general.
4) Periodo de cachondeo incontrolado.
5) Búsqueda implacable de culpables.
6) Sálvese quien pueda.
7) Castigo ejemplar a los inocentes.
8) Recuperación del optimismo perdido.
9) Terminación inexplicable del proyecto.
10) Condecoraciones y premios a los no participantes.


Supongo que ahora estamos, eh I.V?, en el entreacto del paso 7 al 8... así que ya sabemos lo que falta por pasar!.

 
 
 
 

Publicar un comentario 2 volutas:

Anónimo dijo...

Me identifico plenamente, trabajo de cara al público y realmente la clientela está inaguantable....
Me has hecho pasar un buen rato leyendo lo mismo que yo opino

1:28 p. m.

Pipero dijo...

Lo celebro... que tengas suerte con tus clientes!

5:10 p. m.

Publicar un comentario