Veo el mundo entre volutas

Empezó en Valencia, lunes y martes, siguió con nervios frente a un cliente cutre-cretino y ha acabado con relax y buen rollo en el pipaclub.

Me quedo con un momento de esta semana. Este momento fue, hacia las 9 de la mañana del pasado lunes, en marcha hacia el Centro de Investigación Príncipe Felipe, en Valencia, para asistir a un congreso que tenía sede en el citado centro. De camino, pasando por al lado del Hemisfèric y la Ciutat de les Arts i les Ciències, cerca de uno de los grandes estanques de agua que tanto realzan la arquitectura de Calatrava, vemos a un matrimonio mayor. La anciana, no excesivamente achacosa, lleva a un perrito atado y lo hace pasar por el lado del agua. Algo extraño. No conforme con éso, no sólo le hace pasar al lado del agua sino que hasta lo empuja al agua. El perrito, apartándose, y poniendo pinta de aterrorizado, asqueado. La mujer, lo empuja hasta hacerle meterse de medio cuerpo en el agua al tiempo que dice: "bebe, tonto, bebe". Nosotros a la vez riéndonos, a la vez preocupados por el pobre perro y la salud mental de la anciana. El olor a Cloro era bastante notable!!

A veces pasan estas cosas, quien mucho te quiere, te quiere ayudar, pero a veces, por desconocimiento, lo que hace es más que ayudar, fastidiarte. Me quedo pensando en lo que debió pasar por la cabeza del pobre animal antes de beber un buen trago de agua clorada...

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