Veo el mundo entre volutas

IconMi reflexión sobre el mundo a diario (o casi). Menos para el público y más para mí mismo.

Crónicas pipero-vacacionales: El viaje - 1

Llegamos el sábado día 28 de Julio. Saliendo a las 8 y cuarto de la mañana para llegar hacia las 3 de la tarde resulta en un promedio "interesante", teniendo en cuenta de que la distancia recorrida no supera los 355 km. Bien es cierto de que hay dos paradas, Reus y Gandesa, ambas en Tarragona, con la última parada rondando los 20 minutos de "descanso para el bocadillo", y también es cierto que nos encontramos con una buena caravana, sobre todo atravesando la autopista hacia Tarragona, de las gentes que iban a las playas de Salou, Cambrils, etc, etc?

Me pasé durmiendo casi todo el viaje. No es mal plan, siempre que no seas tú el que conduzca, ¡claro!. Eso de pasar noches en vela en una ciudad demasiado caliente para mi gusto y demasiado ruidosa también, frente a subirte a un autocar de línea, con aire acondicionado, semivacío, a unas horas tempranas de la mañana, la verdad, hace que en cuanto estás dentro y el vehículo circulando, te entre un "repentino sopor" (vendría a ser como la hibernación en caso de viajes al hiperespacio). Eso me permitió no darme cuenta de gran parte de las casi 5 horas que costó llegar a A., en Teruel, punto de descenso con la carga y de espera al taxista que me tenía que llevar a mi destino final.

A. es un pueblo que ha ganado mucho con los años. Pertenece a la comarca del Bajo Aragón, que cuenta con localidades como Calanda (cuna de Luis Buñuel) y Alcañiz, ciudad importante desde la Edad Media. Es un pueblo bastante caluroso en verano y poco tranquilo, el hecho de que la atraviese una carretera nacional, siempre atiborrada de camiones de gran tonelaje, los cuales aflojan poco la marcha a su paso, no sugiere gran tranquilidad. Por otra parte aún tengo vagos recuerdos de mi niñez, yendo con mis padres y hermana (estoy hablando del año 74). En aquel entonces nos tocó hacer noche aquí y puedo decir que 30 años son 30 años (perdón, 32), y afortunadamente las cosas cambian. Mis recuerdos de la A. de aquel entonces eran recuerdos de mucho calor, de muchas moscas, de pasar una noche en vela por no poder haber encontrado pensión decente donde dormir (pedir "hoteles" era pedir mucho en aquellos años, al menos en ciertos lugares), noche de olores a sudor, a ajo y a "caliqueño" filtrado por unos pulmones sucios. Por suerte es destino "de paso" hoy en día, lo cual quiere decir que no me veo obligado a comprobar si todo eso ha quedado atrás.

Después de llamar al taxista, éste se presentó en unos 30 minutos, lo cual dio tiempo a tomar una cervecita y unas olivitas, a la sombra por supuesto.

 
 
 
 

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