Veo el mundo entre volutas

Si se me permite, haré un símil entre David Trueba y Clint Eastwood. En "Soldados de Salamina", basado en la novela homónima de Javier Cercas, la protagonista, realizando una investigación periodística se interrogaba sobre la naturaleza del "héroe". En la primera parte de aquel film, las conclusiones eran unas, pero en una segunda parte, las conclusiones finales eran otras muy diferentes (sugiero ver o revisionar el film). En "Banderas de nuestros padres", en cambio, Clint Eastwood, el más “clásico” de los directores del panorama internacional da una nueva (o varias) "vueltas de tuerca" añadiendo nuevas cuestiones a “la cuestión”, al plantear la verdad sobre el origen de una de las imágenes icónicas del siglo XX, la fotografía del izamiento de la bandera norteamericana sobre la cumbre del monte Suribachi en la batalla de Iwo Jima (Feb-Mar 1945).

¿Quiénes son héroes?, ¿los que aparecieron en la foto, o sea los que habían izado la bandera o más bien… todos aquellos que fueron allá a defender algo en lo que creían, pero no algo de fé sino algo tan tangible como sus amigos, sus camaradas, sus familias, sus novias, etc…?. ¡¡Héroes!! Pero, en medio de las atrocidades que representa SIEMPRE una guerra (NUNCA hay guerras "limpias"), ¿de verdad alguien puede sentirse orgulloso de haberlas cometido para defender sus valores, por muy defendibles que éstos fueran? Para ilustrar este punto, Clint Eastwood recurre a un film en la estética de "Salvar al soldado Ryan" (profusión de escenas de gran crudeza) en la que se aprecia lo que sería ser un héroe desde los puntos de vista de los tres supervivientes en el acto "heroico" que es el leit motiv del film: 1) culto a la propia imagen y conformismo, 2) humildad-depresión-trauma psicológico, 3) asco, puro asco. Un film que se constituye como un gran ejemplo de cine bélico “duro” para ilustrar las peores y las mejores esencias del hombre, por un lado la guerra y por otro, el heroísmo, que en el fondo es, curiosamente, lo que acaba haciéndonos humanos. Porque en el fondo, en cada ser humano, hay un héroe.

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