De trabajo, de mucho trabajo, pero también de esperanzas profesionales interesantes para el 2007. De discusiones con un colega con dolor de muelas que luego pidió "mil perdones" (pese a que raramente se disculpa nunca de nada), aunque mientras, "ahí ha quedado". De reencuentros, primero con un ex-colega de trabajo con quien se podrá colaborar, a distancia (cada uno en su trabajo) pero colaborar en futuros proyectos, y luego también reencuentros con dos colegas de promoción universitaria, que hacía 15 años que no veía. ¡Qué cosas!. En particular estos dos últimos me han dejado un poco con sensación de... "para unas cosas apenas pasa el tiempo pero para otras...". Me alucina ver que el culto a lo astrológico, la numerología y "disciplinas afines" llega incluso a la órbita de gente que, como yo, ha estudiado una carrera de ciencias y que llegan a decidir cuando iniciar tal o cual acción, en función de si el día, numéricamente, es favorable (!). ¡Qué cosas!.
En fin, una semana rara que sólo puedo atribuír a la conjunción del retorno postvacacional (¿dónde están las navidades?) y por este calor tan exagerado que está haciendo estos días. Espero que sea verdad, y que la semana que viene, con el frío que nos llega, todo se normalice un poco.
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De momento, en Madrid, de frío nada. Llevan días anuciándolo y nada de nada.
Clima raro, semana rara, sinceridades raras (por lo que te leo)... ¿te das cuenta que vivimos en épocas raras?
10:35 p. m.
Ciertamente, luna, ciertamente, pero es la época que nos toca vivir. A partir de ahí, que nosotros mismos nos hagamos "raros" sólo depende de nosotros mismos.
2:56 p. m.