Veo el mundo entre volutas

IconMi reflexión sobre el mundo a diario (o casi). Menos para el público y más para mí mismo.

Crónicas pipero-madrileñas - 3: El viaje

"Con la cara lavaá y recién peinaá", después de cenar y de un viernes de trabajo me dirigí "alegre y felís" hacia la estación de Sants donde había quedado con M.E. para la operación de ataque con acoso y derribo incluído de Madrid. Tras llegar, encontrarme con el susodicho y decidir de hacer tiempo, disfrutando de una sabrosa cervecita, pudimos contemplar grupos de muchachuelas que se dirigían aún más "alegres y felices" (no sé qué debían haber consumido) a ver una obra musical basada en el "cancionero" (conjunto de canciones) de Mecano, ese grupo musical, básicamente de los 80 que me trae tantos recuerdos…. Recuerdos no desagradables pero tampoco agradables. En el fondo, nunca me gustaron, pero soy consciente de que "sonaban" en algunos momentos de mi vida. Como en lo personal, soy persona poco o nada nostálgica y me gusta mirar sobre todo al futuro, tampoco puedo decir aquello de "qué tiempos aquéllos" sino más bien… "qué bueno que pasaron aquellos tiempos". Sí, me acuerdo de ellos pero me gusta mucho más lo que he ido viviendo después. De hecho me siento mejor conmigo mismo a medida que va pasando el tiempo y el camino de mi vida, igual que el del tren camino de Madrid, se va haciendo más manifiesto y no como en los primera parte del recorrido, cerca del punto de salida, sin apenas tener claro qué bifurcación tomar.

¿El viaje? Transcurrió sin incidentes de mención, aparte del hecho de viajar en un tren, más o menos de mi misma edad, con pasillos a la medida de los escuálidos inmigrantes que se vieron obligados a ir a buscar trabajo a Europa y literas de 6 personas en habitáculos para un máximo de dos. En ellas me sentí muy próximo a lo que deben sentir algunos viajeros que tienen que pasar noche en hoteles japoneses o a lo que debiera ser pasar la noche en un nicho del cementerio: estrecho, con falta de aire, incómodo (ridícula almohada, por decir algo), oscuro… alguien debiera hacer algo con ésta, una de las “partes oscuras” de la RENFE, junto con el transporte de Cercanías en Barcelona… La llegada a Madrid fue la bendición, pese al frío de las 7 y 20 de la mañana.

 
 
 
 

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