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Luz que agoniza: Un clásico del cine "noir"

Sobre un guión basado en la obra teatral de Patrick Hamilton, el siempre genial George Cukor, director sobre todo "de actrices", es capaz de exprimir al máximo la capacidad actoral de una bellísima pero más frágil que nunca Ingrid Bergman (dejar a Humphrey en Casablanca debió dolerle lo suyo) pero no se queda atrás con el extraordinario Charles Boyer. Este último, pese a no conseguir el Oscar (lo recibió Bing Crosby), encarna el papel de Gregory, un retorcido ladrón y asesino "de cara amable", pero capaz de las más aviesas y refinadas torturas psicológicas y una gran tenacidad en pos de alcanzar algo "que dejó atrás" cuando años antes de casarse con Paula, el personaje de Ingrid Bergman, sedujo y extranguló a la tía de ella misma.

Destacar también al siempre eficaz Joseph Cotten, no en el mejor de sus papeles (otra historia es "El Tercer Hombre"), y Angela Lansbury, en el papel de una joven sirvienta que aunque presagiaba "buenas maneras" cinematográficas no sugería que acabaría ejerciendo de "detective madura aficionada" en "Se ha escrito un crimen".

Nominada a 7 Oscar de 1944, tuvo que conformarse con dos, el de mejor actriz para Ingrid Bergman y el de la mejor dirección artística para Cedric Gibbons y equipo, aunque no hubiera sido sorprendente si hubiera alcanzado el de mejor actor (Charles Boyer) o el de fotografía (Joseph Ruttenberg) pues tanto el primero como la segunda, contribuyen de forma más que significativa a realzar el efecto "noir" de la película.

 
 
 
 

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