Reproducción de una conversación en el estanco, yendo a por mi "dosis" de tabaco pipero. Allá me encuentro con un tipo que no me cae bien -¿para qué negarlo?- pero uno, que es cortés y educado, saluda...
"Pipero: ¿qué tal?, ¿cómo va todo?
Persona (es un decir): baldado, hecho polvo.
Pipero: ¿y eso?, ¿qué pasa?
Persona: Me he pasado por casa, estaba mi mujer, tenía ganas de "guerra" y ... ale! allá, uno detrás de otro...
Pipero (mordiéndose la lengua para no decir lo que realmente piensa): ... ... ah! vale! Jordi (dirigiéndome al estanquero), ¿tienes flakes de Peterson? (un tabaco que no está nada mal)..."
A continuación, el tipo, viendo que pasaba de él, va y me recomienda que me compre no sé cuantas pipas de un tipo muy peculiar, de la que él se acaba de comprar dos, así como algo así como 7 u 8 latas de tabaco. Total, el tipo se acababa de gastar algo así como más de 300 Euros, así, como quien no quiere la cosa...
Esto me ha recordado un tipo de personas que, francamente NO SOPORTO: los, y las (porque también las hay) "listillos". Personas con las que no se puede establecer una conversación normal y civilizada porque siempre pretenden quedar por encima de su interlocutor, exhibiendo "virtudes" (el sexo, la pasta) o un "sentido del humor" -es un decir- que probablemente sean más deseos (por la carencia) que otras cosas. Personas de las que no cabe esperar NADA más que chulería, y vacío, mucho vacío interior. Personas que no se han enterado que "ir de algo", por ser suave, NO QUEDA BIEN, está fuera de lugar, y que, las personas normales, quizás no digan nada, pero, evidentemente, cualquiera con dos dedos de frente, los sitúa en el lugar que realmente les corresponde.
El problema que tengo es que últimamente, y no sé si es efecto del calor, este tipo de actitudes definitivamente "gilipollescas", abundan.
Antes podía decir algo así como "si algo tengo claro es que sé quienes son mis enemigos y quienes, mis amigos". Más adelante, la frase empezó a cambiar: "si algo tengo claro es que sé quienes son mis enemigos y no tanto quienes son mis amigos". Actualmente comienzo a pensar: "no tengo claro quienes son mis enemigos ni quienes mis amigos".
Ahora comienzo a entender la frase: "ten amigos para esto" pero también la de que "nunca sabes de quien acabarás fiándote".
¡Qué importantes y qué reconfortantes son ambas cosas!. Amar porque es una forma de sentirse vivo/a (tienes sentimientos ergo vives). Que te amen o te apoyen te hace sentir valorado/a y, no nos engañemos, el amor propio es muy importante para el equilibrio mental. En los malos momentos se notan más, si cabe, esas necesidades. Si amas a quien los sufre, eso te hace sentir bien. Si eres tú quien sientes el aprecio de los demás, te sientes arropado/a, te sientes consolado/a. Los problemas vienen cuando esos sentimientos no son sinceros, no son desinteresados... o cuando, simplemente, se confunden...
1) Hablar de lo malo de aquí y de lo bueno fuera, cuando conoces poco lo de aquí y menos lo de fuera, es muy fácil (aunque muy demagógico).
2) Hablar de lo malo de aquí y de lo bueno de fuera, siendo siempre destructivo" (nunca sugiriendo posibles mejoras) no es algo muy agradable de oír e implica que en el fondo poco importa que lo de aquí sea "tan malo" (si no propondrías algo al respecto).
3) Hablar de lo malo de aquí y de lo bueno de fuera, cuando no estás dispuesto a moverte de aquí es la mar de cómodo (aunque no engaña a nadie quien así habla). Si lo unes al punto 2, tienes un perfil "la mar de atractivo" (irónicamente hablando, por supuesto).
4) Hablar de lo malo de aquí y de lo bueno de fuera, cuando aquí no has visto nunca lo malo (nunca has llegado a sufrir, a pasarlo mal) y además "los otros" te han facilitado siempre las cosas (incluso a tu pesar), es algo, digamos que... un poco bocazas a la vez que inmaduro..., ¿no?
"Las personas mienten... las pruebas no. "
(Gil Grissom, CSI Las Vegas, Episodio "Cajón y entierro")